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EL POEMA

"El Pensilvense" No. 7 - marzo 1 DE 2022

CRÓNICAS DE MI TIERRA 

Luis Urbano Giraldo Arias

Escucha, lector curioso,
lo que te voy a contar:
las cosas que han sucedido
en la fracción de El Congal.


Va a llegar a vuestras puertas
un periódico sabroso,
para que luego lo escuche
todo el que sea curioso.


Me gusta siempre escribir,
cuando los turnos me tocan
y le haré carga cerrada
a aquellas cosas que chocan.


Un hombre que con el tiempo
ha sabido discernir,
lo que ha ido aconteciendo
para poder escribir.


Si mi crónica no gusta
no la leas con disgusto,
mi intención es evitar
las cosas de muy mal gusto.


Este es el caso de un hombre
que dice ser educado,
en todo chisme se mete
como microbio encerrado.


Que tuvo la gran vileza
de arrimarse a un solar,
a requerir a una dama
que se hallaba allá en su hogar.


¡Este es un hecho muy feo!,
ese hombre quedó muy mal!
Y con esto se rebaja
en el círculo social.


Si él tuvo qué sentir
algo de aquella mujer,
¿por qué no habló con su esposo?

Pues ese era su deber.


El nombre de ese individuo
no se debiera decir,
pero en los versos que siguen
yo lo voy a describir:


Ha sido del magisterio,
hoy goza de libertad
y en los negocios aplica
el diez por ciento mensual.


Algunos siempre lo quieren
y lo miran con respeto,
tan solo Marita Urrea
no lo tiene en buen concepto.


Dicen que es porque está
haciéndole contrapeso,
y los víveres que tiene,
se le están volviendo hueso.


Y no se sabe de fijo
en qué estribaba su idea,
y por qué fue que Marita
quiso sacarle pelea.


Pero el pobre por nervioso,
o tal vez por su sosiego,
por no disgustar con él,
tomó las de Villadiego.


Este es un hecho notorio,
el hombre que es educado
no se debiera meter
porque esto es muy reparado.


Es bueno que a las mujeres
les advirtamos también,
como que les gusta hablar
al compás de su vaivén.


Para ellas no hay cultura,
no hay modestia, ni decoro,
hablan por tener inquietas
sus largas lenguas de loro.


Si acaso van a pagar
una visita que deben
es justo que un montón
de chismes listos se lleven.


Entonces, por consiguiente,
la otra está preparada,
para poner de presente
la más horrible bobada.


Es cosa que no se puede
de ningún modo aguantar,
¡tanta lengua y tantos labios,
tan prontos a censurar!


Será debido al progreso
o tal vez tanto adelanto,
que para algunas personas,
todos servimos de blanco.


Quisiera que terminara
esa tal maledicencia,
y cada cual respondiere
como fuere a su conciencia.


Quisiera ver la virtud
hospedarse en los hogares,
en todas las señoritas
buenas notas familiares.


Y que las gentes que emigran
no tengan, pues, que decir,
que en la fracción de El Congal
ya no se puede vivir.


Ustedes tienen la culpa,
yo lo digo de antemano:
si quieren vivir en paz,
el remedio está en la mano.


Tenemos muchos defectos
e instintos en los humanos,
que debemos olvidar,
pues todos somos hermanos.


Vamos, pues, a trabajar,
con nuestro libre albedrío,
a luchar por el progreso
del humilde caserío.


Y yo seguiré sacando
mis crónicas con esmero,
y las sigo publicando
aunque me digan sopero.


EL POEMA

"El Pensilvense" No. 6 - febrero 22 DE 2022

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PENSILVANIA CUMPLEAÑERA
Abelardo Cano
Medellín, febrero 3 de 2022

A Pensilvania en su cumpleaños ciento cincuenta y seis.

Pensilvania buenos días:
Hoy estás de cumpleaños
Y como buen ermitaño
Adoro tus tardes frías.
Cuando en tus montes veía
Esa neblina en cortina
Es porque estabas titina
Preparando tu vestuario
Para el nuevo aniversario
Madrugando tan divina.

Con un Sol resplandeciente
Te vistes pa saludar
Los hijos que sin pensar
A tus calles bien pacientes
Salen con trajes dicientes
A festejar y a bailar.
Después de en la iglesia estar
Con un ferviente clamor
Pidiendo a Dios mucho amor
Y por siempre bienestar.

Celebra, mi patria chica,
Desde tan lejos me acuerdo
Y a mi memoria en recuerdos
Llegan momentos que aplican
Y desde siempre suplican
Que mi cariño presente
Nunca jamás ya se ausente
Y mi corazón lo guarde
Para que se salvaguarde
Y a su gente historias cuente.

"El Pensilvense" No. 5 - febrero 15 de 2022

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El Poema

CABALLUNO

Abelardo Cano

Medellín nov 7 de 2021


A personajes de Pensilvania.
(Con base en la historia narrada por Jairo López:

Caballuno, el que arriaba muchachas por las

Calles del pueblo)


Hola amigos pensilvenses:

Ahora vivo en el cielo

Y no corro, más bien vuelo,

Quiero contarles que a veces

Quisiera estar con mis peces,

Sobre todo las sardinas

Que al lado de las Ondinas

Parecían gotas de agua

Que con calor de una fragua

Salían corriendo finas.


Cuando dejé San Daniel

Me vestí de buen arriero

Con ese gran temple de hierro

Pero dejé mi carriel

Vagué con sabor a miel

Persiguiendo a molestones

Lo mismo que a los cansones

Y a las niñas tan bonitas

Con Ojitos de diablitos,

Sobre todo a los bribones.


Gabriel, nombre por acaso,

CABALLUNO, me gritaban

Como caballo saltaba

Después de a la izquierda un paso

Y a la derecha otro paso.

Corría muy desbocado,

Pues no tenía bocado,

A zánganos alcanzaba

Mi coz los aporreaba

Y a su corral apocados.


Mis coces con el zurriago,

El que nunca me faltaba,

En la espalda lo aguantaban

Y yo feliz con mi halago.

A mis sardinitas hago

Esta misma cacería

Pero a ellas yo les hacía

Correr como un alma en pena

Y después de la faena

Me sentaba y me reía


Carecían de almohada

Para cubrir la cabeza

Pues en tiempos de pobreza

La espalda estaba olvidada

Por eso es que golpeada

Se sentía con gran fuerza

Y el colorado refuerza

El poder del latigazo

Y ay! Pobre del espinazo

Y que no se le retuerza.


Bueno queridos paisanos

Desde este hogar tan divino

Solo quiero que ese vino

Se consagre y sean sanos.

Recuerden que a los gusanos

Se les aparta por malos

Y así el látigo hay que alzarlo.

Recen pues por CABALLUNO

Que no tire piedras a uno

Y con Dios hay que ensalzarlo.

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El Poema

EL GRINGO QUE SE VOLVIO PENSILVENSE

Abelardo Cano

Medellín, diciembre 6 de 2021


(A personajes de Pensilvania.
(Con base en la historia contada por Jairo López:

El Gringo que se volvió Pensilvense, vivió feliz en su

Paraíso Terrenal, Pensilvania)


Por allá en años sesentas

A Pensilvania llegó

Un gringo que se amañó

Y es allí donde él se asienta.

Muy feliz hacía siestas

Acostado en buena hamaca

Soñando con esas guacas

Que paisanos le contaban

Y que otros se lo callaban

Para evitar la alharaca.


Patria del norte lo envió

Con esos cuerpos de paz

Pues se sentía capaz

De hacer lo que le encargó.

Fue así que no lo pensó

Y empezó dedicación

Ayudando a salvación

En salud y educación

Lo mismo en la nutrición

Pues era su vocación.


Visitó corregimientos

Y a caballo las veredas

Dejando atrás polvareda

Y también los sufrimientos.

Allí dejó el alimento

Que pedía campesino.

Vivía de peregrino

Mirando feliz las aves

Con ese volar tan suave

Y esos piquitos tan finos.


Su Pensilvania sí era

“Paraíso Terrenal”.

En plena calle real

Tenía su domicilio.

Desde allí buscaba idilios

Mirando chicas pasar

Y le empezaba a gustar

Este balcón tan sencillo

Al pasar recuas del “Grillo”

Que llevaban a pastar.


Miguel Kotzian era “El Gringo"

Que se adecuó a las costumbres

Y era feliz en las cumbres

En su estado de viringo.

Por su hablado lo distingo

Pues montaba la “caballa"

A la que así él llamaba

Pues ese si era su equino

Compañero del camino

Al que ambos ya le cantaban.


Se convirtió en montañero

Con botas, poncho y sombrero

La “Caballa” con apero

Pa disfrutar buen sendero

Con un muy buen compañero.

Apetecía frijoles

Con buen picado de coles,

Lo mismo que chicharrones,

Con patacones de hartones,

Servidos en los peroles.


El básquetbol lo jugaba

Pues estatura tenía

Y todo el mundo sabía

Que también él lo enseñaba.

A su equipo acompañaba

En unos juegos en Fresno

Y al regreso un indefenso

Falleció en ese accidente

Con quince más del Oriente

Para el dolor más intenso.


“Upa caballa p’al monte

Haga hijuemadre p’lante”

Es el grito que desde antes

Se volvió un eco en “Piamonte”.

Hoy mirando el horizonte

El viento trae recuerdos

De un extranjero muy cuerdo

Que se hizo tan Pensilvense

Y también un gran caldense

Porque sentía ese acuerdo.

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El Poema

EL LECHERO
Abelardo Cano
Manizales, noviembre 11 de 2021


(A personajes de Pensilvania.
Con base en la historia contada por Jairo López:

El Lechero Del pueblo, el que tenía un perro que lo defendía)



De Tomás llegó hoy la historia

Y aunque avanzada es la noche

No tengo ningún reproche

Para seguir con euforia.

Muy bueno, pues su memoria,

No le dejaba olvidar

Que muy temprano llevar

La leche que él ordeñaba

En El Edén que ya amaba

Y a monjitas entregar.


Tomás Cortés pa más señas

-El lechero- conocido

De todos muy bien sabido

El que las vacas ordeña.

A ninguna él la desdeña

Pues todas dan las ganancias

Y con flores y fragancias

Lleva a la Presentación

Pa que Hermanas en acción

Degusten esta delicia.


Cuando -el Lechero- vivía

Y trabajaba en su oficio

Aún no estaba en servicio

La nevera que servía

Pa conservar leche fría.

Refrigeración no había

Alimentos corroían

Por lo tanto, día a día

La leche llevar debía

Y las Hermanas corrían


Era una chanda su can,

Así decía alcaldía,

Sin embargo, defendía

Al gran amo con afán.

No permitía que un fan

Lo hiciera ya enfurecer

Al gritarle por querer

Meeee con placer

Y así hacerlo revolver

En furia por conocer.

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El Poema

PACHO JOVA, EL DEL CANASTO A LA ESPALDA
Abelardo Cano
Medellín, octubre 18 de 2021


(A personajes de Pensilvania.
Con base en la historia narrada por Jairo López:

Pacho Jova, el del Canasto a la Espalda)



En Pensilvania hoy se acuerdan

Del que cargaba un canasto

Pues él ya no daba abasto

Y en esto todos concuerdan.

Mis amigos lo recuerdan

Por el canasto en la espalda

Utensilio que respalda

Por calle Real paseos

Donde llevaba deseos

-Pacho Jova- por las faldas.


El canasto de Pachito

Siempre viajaba con él

Aunque nunca fue un corcel

Porque andaba detracito.

A la misa y tempranito

Acudía los domingos

Para pistear amigos

Que se encontraban borrachos

Y llevar a estos muchachos

En canasto de castigo.


En toda semana santa

Caminaba en procesiones

Con canasto de pasiones

Y su canto en la garganta.

Nada que llevar lo espanta

Ropa sucia y o arracachas

Lo mismo que una muchacha

Y si el dolor en la frente

Lo acusaba de repente

Pachito cabeza agacha.


En San Vicente vivía

Con Jovita que es su esposa

Lugar donde ambos reposan

Conviven con alegría.

Con toda sabiduría

Allí las horas pasaban

Y en las noches rebuscaban

Con amor y con paciencia

El fruto de la experiencia

Que el del canasto buscaba.


Francisco Cardona vive

Ahora mismo en el cielo

Recordando lo que en suelo

De Pensilvania revive.

El agua que del aljibe

Recogía bien temprano

La usaba para ser sano

Y bañar a su Jovita

Y la dejaba bonita

El del canasto bacano.

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El Poema

SANDALIO EL DEL PUCHO
Abelardo Cano
Septiembre 14 de 2021.

(A personajes de Pensilvania.
Con base en lo narrado por Jairo López:

El hombre del pucho, el que a los Pensilvenses

Divertía mucho.)

A don Sandalio Cardona
El primo de "Platanito"
Se dice que muy solito
Visitaba las casonas
Que en el pueblo las cansonas
Ver y oler humo de muchos
Con el placer de los cuchos.
Por esto y otros motivos
Reapareció y muy vivo
Don "Sandalio con el pucho".

Dicen, quienes lo sabían
Que nació en Santa Teresa
Y de allí con gran sorpresa
A Pensilvania acudía.
En casco urbano vivía
Pues allí se amaño mucho
Comía su cucurucho
Pa conservar el sabor
Y no perder el amor
De ser "Sandalio el del pucho"


Se dice que recorría

De salida a san Daniel

Al puente que iba a La Miel

Camino que conocía.

Solamente él sí sabía

El número de los puchos

Que traía cada cartucho

Que en bares se conseguía

Para colmar su alegría

Como “Sandalio el del pucho”

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