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La Anécdota

INTRODUCCION

Hablar con la abuela o con Ofe, como cariñosamente le decimos los hijos, los nietos, los amigos y los más allegados, a esa mujer que, aunque hoy, dotada de una memoria que envidiaría cualquier intérprete de monólogos, pese a sus 87 años de vida, es verdaderamente agradable y placentero. Alegres y cómodos fueron sus años de niñez y juventud. Luego de convertirse en esposa se entregó a sus hijos que la fueron haciendo mujer y que al lado de los abuelos fue criando entregándoles lo poco que le quedaba de aquella vida de holganza.

Obligada por el destino, no solo a ser ama de casa sino también costurera y escribiente de cartas de amor para los amantes que no sabían expresar sus sentimientos a esa persona que les robaba el sueño; ella los plasmaba en una esquela, para hacerlos llegar a su destino.

Para muestra he aquí un hermoso acróstico que le escribió a mi padre en su época de noviazgo.


ACRÓSTICO A ABELARDO CANO


A aunque pueda no ser tu preferida

B ueno será jugar con el amor

E ntretanto pasemos nuestras vidas,

L os desengaños, la dicha y el dolor,

A mar cuán horrible es,

R eírnos del amor no puede ser,

D ulcifica mis horas de amargura,

O felia siente el fuego del querer.


C on estas letras te diré amor mío

A pesar de mi talento escaso

N o olvides que es mi anhelo siempre

O cultar mi corazón en tu regazo.



Hablar con la “Abue” es entrar en un mundo de recuerdos que empieza a desgranar.

Ofelia Bedoya de Cano nació en Pensilvania, municipio enclavado en las montañas del oriente del departamento de Caldas, y que, con el tiempo, cuando sus hijos, después de terminar estudios secundarios, fueron emigrando hacia Bogotá y Manizales, vendió lo poco que le quedaba y también viajó hacia la capital del departamento para emprender al lado de sus hijos una vida más moderna.


Hoy gracias a que disfruta de la pensión por viudez, su vida es más placentera y disfruta a cabalidad los buenos momentos de la vida.


Quizás, quienes más disfrutan de la “Abue” son sus hijas, pues desde que llegaron de Pensilvania siempre han estado con ella. Nosotros no nos quejamos, aunque vivimos en otra ciudad, la “Abue” nos visita con cierta frecuencia y de verdad que los ratos que nos hace pasar son estupendos, cargados de mucho humor y de muchos recuerdos. Todo lo que nos cuenta, lo hace con esa espontaneidad y gracia que los años le han venido regalando.


Aquí quiero contarles parte de esas historias, que esta mujer entrada en años, relativamente sana para su edad, con vitalidad que envidiaríamos muchos y a quien Dios en su sabiduría nos entregó como madre, va convirtiendo en agradables anécdotas.


 Ahora sí LA ANÉCDOTA:

I - LA SIM CARD


Pipe, el hijo único de mi hermana menor, es un muchacho que hoy en día cuenta con 20 años, bien parecido, apuesto, dicen las muchachas de su edad, 

de quien pienso que desaprovechó una de las grandes oportunidades que nos entrega la vida al dejar de lado el fútbol cuando era considerado un verdadero “crack” por quienes lo vieron jugar, por quienes lo tenían en sus equipos, -hizo parte de las inferiores del Once Caldas- aseguraban que era un verdadero prospecto para las selecciones Colombia. Hoy aún no conozco el motivo por el cual se alejó de este deporte.


A pesar de no ser un buen estudiante, de haber dejado el fútbol, es el nieto preferido de la ”abue”, por quien hasta se endeuda con tal de darle lo que requiera.


Cierta tarde ante la falta de minutos en su celular y la necesidad de llamar a su novia, se dirige hacia la abuela para que le solucione el problema, he aquí el diálogo:


—.Pipe... “Abue” ¿Me hace el favor de prestarme su celular? Es que a mí se me acabaron los minutos.


—“No mijo” le dijo ella” “usted acaba con los pocos minutos que me quedan”


—Pipe:” Ah, bueno, gracias”.


Pipe sale de la casa y después de dar una vuelta por el barrio, regresa.


Pipe: — “Lala”, por favor présteme su celu que necesito con urgencia llamar a mi novia y como ya le dije, yo no tengo minutos.


“Abue”: —“No mijo, usted me acaba los minutos y por eso no le presto mi celular”


Pipe: —“Lalita”, ya que no me presta su celu porque le acabo los minutos, ¿por qué no me hace el favor y me presta la SIM CARD?”


“Abue”: —“¿Y eso qué es? “


Pipe: Sacando la Sim Card del celular, se la muestra y le dice: “esta es la Sim Card”


“Abue”: —“Bueno “mijo” llévese esa maricada, pero el celular no se lo presto, porque me deja sin minutos.

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